Capítulo VIII - Las causas de la derrota
Fallas de orden político
737. Al analizar los fundamentos que llevaron a la Junta Militar a adoptar la
decisión estratégica de recuperar las Islas Malvinas y obligar a Gran Bretaña a
negociar con seriedad el futuro de la soberanía sobre los archipiélagos
australes, puede afirmarse que se procedió en forma legitima, con el objetivo
político de recuperar las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur para el
patrimonio nacional. Cabe señalar que este objetivo es coherente con el objetivo
nacional permanente de lograr la integridad territorial de la Nación, de acuerdo
con lo establecido en nuestra Constitución.
738. Al ser la guerra la continuación de la política por otros medios,
corresponde considerar en primer término, y antes de analizar las operaciones
militares, la situación lograda al finalizar el conflicto, en relación con los
objetivos políticos que se fijaron antes de iniciar las hostilidades.
739. El fracaso total en el logro de los objetivos perseguidos, fueran ya éstos
de orden externo o interno, epilogó la acción estratégica concebida por la Junta
Militar cuando inició el conflicto del Atlántico Sur.
740. El hecho que indujo a la Junta Militar a adoptar esta decisión puede
comprenderse por cuanto, luego de infructuosas negociaciones a través de más de
17 años y pese a los mandatos de las Naciones Unidas, no había señal alguna de
que Gran Bretaña pensara con seriedad en devolver los archipiélagos antes bien,
las acciones y hechos producidos indicaban que la verdadera intención británica
era conservarlos, aduciendo ahora los deseos de los isleños de no transferir la
soberanía a la República Argentina.
741. Se conocía, además, el propósito del Gobierno del Reino Unido de
reestructurar la Armada Británica, la cual se vería, en breve lapso, frente a la
alternativa de reducir sus medios ante el objetivo estratégico impuesto a Gran
Bretaña en la OTAN, de concurrir a la defensa del Atlántico Norte,
principalmente con medios submarinos y antisubmarinos. Esto implicaba el retiro
del servicio activo de numerosas unidades, entre ellas los portaaviones livianos
HMS "Hermes" e "Invencible", el buque polar "HMS Endurance" -al. momento
destacado en el Atlántico Sur-, y una parte sustancial de otras naves de
superficie.
742. A ello debe sumarse la existencia de otros intereses internos en Gran
Bretaña que podían incidir en un conflicto en el Atlántico Sur, tales como la
importancia estratégica de la región, (por su proyección antártico y sus
potenciales riquezas petroleras y de minerales estratégicos), la influencia de
un reducido grupo de le aisladores en el Parlamento que propugnaban la
no-negociación con nuestro país por la transferencia de soberanía de las islas,
argumentando los derechos y deseos de los "kelpers", y, finalmente, la situación
particular del partido gobernante, que se hallaba acuciado por los problemas
internos de desocupación y de orden económico-social.
743. Asimismo, en el orden internacional, Gran Bretaña aparecía, a través de su
partido gobernante y la personalidad de la Primer Ministro, como el único aliado
confiable de los EE.UU. en Europa para con su política de defensa, ante el
avance de las izquierdas en los parlamentos y gobiernos de la mayoría de los
países de Europa Occidental.
744. El análisis de esta situación política debió inducir a la Junta Militar a
postergar los proyectos para la recuperación de las islas, particularmente
teniendo en cuenta que nuestras FF.AA. no se hallaban en condiciones de
enfrentar una reacción británica que debió considerarse la más peligrosa y muy
probable, como fue la de acudir con todo su poderío a recuperar los
archipiélagos.
745. En consecuencia el incidente de Georgias del Sur debió ser superado por vía
diplomática, lo cual era factible y no ofrecía complicaciones que pudiesen
afectar la dignidad nacional, tal como se pretendió esgrimir en un momento dado
con el objeto de adelantar la aplicación de los planes elaborados o en
elaboración para el empleo del poder militar. Este adelanto no sólo resultó
contraproducente en términos de las fuerzas propias, sino que benefició a Gran
Bretaña, por diversas causas.
746. En tal sentido, el incidente "Georgias" debió ser evitado. Esto pudo
hacerse con la simple determinación de que no se llevase a cabo el viaje a
Puerto Leith. El día 05 de Enero la Junta Militar, acertadamente, tomó esta
decisión. Más tarde, sin embargo, y en circunstancias no debidamente fundadas
(piénsese que se hallaban en curso las negociaciones de Nueva York y que la
presencia de obreros argentinos en las Islas podía producir un incidente
negativo para estas tratativas, tal como finalmente ocurrió para beneficio de
Gran Bretaña), la Junta Militar cambió su punto de vista.
747. El incidente "Georgias" que convenientemente dimensionado bien puede
considerarse el "Sarajevo del Atlántico Sur", alertó a la prensa británica y al
Parlamento, quienes con un tratamiento desusado y "tremendista" incitaron al
gobierno conservador de la Sra. Thatcher y al Foreign Office a adoptar medidas
drásticas.
748. La reacción del gobierno argentino se formalizó el día 26-MAR y consistió
en adelantar la toma de las Islas, en lugar de diferirla para circunstancias más
propicias. Esta acción fue desacertada, teniendo en cuenta, particularmente, que
la estrategia planeada podía ser aplicada en un futuro. Cabe recordar que se
había esperado 149 años y nada presuponía la existencia de impedimentos para
aguardar una oportunidad más favorable.
749. Producida la ocupación de las islas el día 02-ABR, Gran Bretaña convocó de
inmediato al Consejo de Seguridad, circunstancia ésta que había sido considerada
poco probable por nuestra Cancillería, la cual no había adoptado medidas de
orden diplomático para prever esta contingencia. El resultado fue la conocida
Resolución 502, que dio pie al gobierno inglés para apuntalar su decisión de
enviar la flota al Atlántico Sur. Dicha acción descolocó total mente a nuestro
país en este fundamental foro internacional, del cual esperaba tener apoyo para
fundar sus reclamos referentes a las islas.
750. Esta circunstancia, que pudo y debió haberse evitado con una adecuada
acción diplomática, no se justifica, aun cuando se aludió a la necesidad de
mantener el secreto de la operación y al poco tiempo disponible para lograr
entendimientos con aquellos países que podían accionar en favor propio. Téngase
en cuenta que Gran Bretaña tuvo menos tiempo aún que nuestro país para proceder
en la contingencia, pero lo hizo con rapidez y eficiencia, pese a la presencia,
en el Consejo de Seguridad, de varios países pertenecientes al bloque de los No
Alineados.
751. Ante el hecho irreversible de la Resolución 502, quedaba la alternativa de
cumplir o no su mandato. Lo primero hubiese obligado al retiro de las fuerzas
propias de Puerto Argentino, pero no necesariamente a las del gobierno
establecido del General Menéndez. Existió, además, una exposición para obligar a
Gran Bretaña a detener el envío de fuerzas y a iniciar negociaciones. En suma,
la Resolución 502 podía convertirse en una herramienta útil en manos de
diplomáticos avezados para la consecución de los objetivos propios; y todo ello,
sin infringir la ley internacional.
752. La decisión fue la de no acatar el mandato de la Resolución, exigiendo su
cumplimiento integral, e iniciar negociaciones por medio de la asistencia del
Secretario de Estado de los EE.UU., considerado éste el medio más idóneo para
lograr un entendimiento, no obstante que este país, ya en ese momento, había
otorgado a Gran Bretaña el uso de las facilidades de la Base Ascensión, que
resultaría fundamental para las futuras operaciones.
753. El resultado de esta asistencia fue el colapso de las tratativas y la
declaración, ya entonces hecha pública, por parte de EE.UU., de apoyar a Gran
Bretaña en el conflicto. Todo ello se produjo luego de tres semanas, durante las
cuales la flota británica adoptó posiciones relativas favorables para iniciar la
recuperación de los archipiélagos. La mediación Haig, por otra parte, había
bloqueado otras posibles negociaciones, que podrían haber logrado mejores
resultados, y que nuestro país recurriera a otros foros internacionales tales
como la OEA y los "No Alineados", si bien representaron éxitos diplomáticos por
las solidaridades logradas, ellos carecían de fuerza para cambiar el curso de
los acontecimientos, claramente gobernados por Gran Bretaña.
Esto limitó enormemente la libertad de acción de nuestro país, aun cuando se
logró enfrentar a los EE.UU. con América Latina, la cual, conforme lo
establecido en el TIAR (Art. 20), condicionó su acción a lo ya resuelto por el
Consejo de Seguridad.
754. Luego de producirse el ataque británico a Puerto Argentino, y el día
O1-MAY, se recibió el ofrecimiento del Perú para iniciar tratativas con Gran
Bretaña a través del gobierno de los EE.UU., las cuales fueron aceptadas por
nuestro gobierno.
755. En esos momentos, resultó evidente lo erróneo de dos supuestos que
condicionaron la concepción política y estratégica de la Junta Militar: QUE GRAN
BRETAÑA NO REACCIONARIA MILITARMENTE Y QUE LOS EE.UU. NO PERMITIRÍAN UNA
ESCALADA MILITAR. Dado que los hechos estaban demostrando lo contrario,
correspondió modificar la concepción política y estratégica, en lugar de
perseverar en el error. EL ARTE DE LA CONDUCCIÓN CONSISTE EN RECONOCER LA
OPORTUNIDAD EN QUE DEBE ADOPTARSE UNA NUEVA RESOLUCIÓN.
756. En un momento dado de las tratativas se produjo la mediación del Presidente
del Perú. La Junta Militar decidió aceptar, entonces, una de las propuestas
presuntamente exitosa, haciendo algunas modificaciones menores que serían
discutidas en una negociación ulterior. El hundimiento del Crucero A.R.A.
"General Belgrano" constituyó un factor de orden emotivo, que condicionó el
prudente rechazo de la propuesta. Sin embargo, con miras a la negociación
ulterior que permitiera el cese de fuego que ya comenzaba a cobrar muchas
víctimas y al logro de los objetivos propuestos, lo racional y conveniente
hubiera sido aceptarla.
757. Con referencia a la situación propia, queda establecido que tanto la Junta
como el propio Canciller partieron de presupuestos reñidos con la realidad. Los
conceptos de "inexpugnabilidad" y las ex presiones "triunfalistas" exageradas
que los medios de difusión propios hicieron de ciertas acciones bélicas,
confundieron a los conductores argentinos respecto de la verdadera situación
militar de las fuerzas en oposición, induciéndoles a adoptar posturas
excesivamente inflexibles y contradictorias que fueron cerrando,
progresivamente, los caminos de la negociación.
758. El día 17-MAY se recibió otra propuesta, que fue modificada por Argentina.
Todas estas modificaciones le ratificaron a Gran Bretaña, ya dispuesta para el
desembarco final, el convencimiento de que no había, prácticamente, más rutas
viables de llegar a una solución negociada. El desembarco inglés se produjo el
21-MAY.
Conclusiones
759. De lo expuesto, y como contribuyentes decisivos para el desenlace negativo
en el logro del objetivo propuesto, surgen los siguientes errores fundamentales
cometidos a nivel político.
a. No adoptar las medidas necesarias para evitar el incidente, de las Islas
Georgias, de acuerdo con la propia determinación de no perturbar las
negociaciones con el Reino Unido.
b. No adoptar, una vez producido el incidente, las medidas para neutralizarlo,
en previsión de una oportunidad más favorable para ejecutar los propios planes.
c. No realizar, con la participación de los organismos específicos
correspondientes, una apreciación profunda, completa y acertada de la probable
reacción británica, así como la de otros países vinculados y de los organismos
internacionales, en particular EE.UU., el Consejo de Seguridad de la UN, la
C.E.E. y la OEA. Aceptar, en cambio, como PREMISA CIERTA QUE AQUELLA REACCIÓN
SERIA SOLO DIPLOMÁTICA Y QUE LOS EE.UU. NO PERMITIRÍAN UNA ESCALADA MILITAR QUE
EPILOGARA EN UN ENFRENTAMIENTO ARMADO.
d. Decidir el adelanto de la operación Azul, colocando con ello a nuestras
Fuerzas Armadas en una grave situación de riesgo por su falta de alistamiento y
preparación, y por la relación desfavorable de su poder militar para enfrentar a
un enemigo -consecuencia- superior.
e. No adoptar, con la debida anticipación, las medias necesarias para
neutralizar las acciones diplomáticas de Gran Bretaña, las que seguramente
sobrevendrían por nuestra delicada situación política y económica-social
internas, por el conflicto de límites con Chile, y por el hostigamiento y
deterioro internacional de nuestra imagen. Recuérdese que el derecho de veto que
posee R.U. en el Consejo de Seguridad de la UN y la dependencia que sujeta a la
OEA en sus decisiones sobre seguridad respecto de ese Organismo Internacional
(TIAR - Art. 2 y concordantes), enfatizaban la necesidad de aquellas presiones.
f. Pretender condicionar el acatamiento de la Resolución 502 y renunciar, de ese
modo, al inicio de las negociaciones que entonces eran impuestas por el Consejo
de Seguridad, creando así la probabilidad del enfrentamiento militar.
g. No apreciar en su debido valor y trascendencia tanto la intervención personal
del Presidente de los EE.UU., como la advertencia que, sobre la posición de su
país en apoyo del Reino Unido, formularon el Secretario de Estado Haig a nuestro
Embajador ante la Casa Blanca, y el Embajador de los EE.UU. al Presidente de la
Nación, el día 01-ABR.
h. No aprovechar las oportunidades de solución aceptable para la crisis,
perdiendo de vista que EL OBJETIVO PRIMORDIAL NO ERA LA GUERRA SINO LA
RECUPERACIÓN DE LOS ARCHIPIÉLAGOS POR EL CAMINO DE LA NEGOCIACIÓN, AHORA
OBLIGATORIA PARA AMBAS PARTES.
i. Adoptar, durante las negociaciones para el logro de los objetivos, actitudes
y procedimientos poco razonables ante la realidad de la situación y la magnitud
del poder integral del oponente, en contradicción con los objetivos que se
perseguían.
j. Desencadenar, en el ámbito del mundo occidental, acontecimientos políticos y
militares de naturaleza, gravedad y epílogo tales, que provocaron el total
fracaso de las acciones tendientes a la recuperación del territorio argentino
usurpado -permanente y hondo anhelo nacional-, con la consiguiente frustración
espiritual de nuestra población y el desprestigio de la autoridad superior de
las FF.AA.
k. No ajustar oportunamente la conducción política, ante la declaración del
Comandante del TOAS, realizada el 06-ABR-82, sobre las limitaciones de las
Fuerzas Navales propias para lograr y mantener el dominio del mar.
760. En resumen, la falta de una apreciación correcta e integral del conflicto
en todas sus alternativas y dinámica, originó la carencia de una estrategia
general que integrara la conducción parcial en los distintos xxxxxxxx político,
Militar, Económico y Psicológico/social. Todo ello se vio acentuado por la
inexistencia de un organismo con adecuada organización y capacidad para la
conducción de la guerra y con unidad de criterios y de esfuerzos. La
prescindencia del empleo de los organismos específicos disponibles se sumó a lo
expuesto y provocó, en definitiva, que todo el país, en modo alguno interviniera
en el conflicto como "una nación en armas".